Somos muchas personas en una. Ya dijo Montaigne que entre nosotros y nosotros mismos hay la misma diferencia que entre nosotros y los demás. Lo que llamamos personalidad ni siquiera es algo fijo, coherente e individual: más bien somos múltiples actores representando una obra de teatro, tal y como explica la investigadora Rita Graham en su obra Multiplicidad.
Sin embargo, en aras de comprendernos, tratamos de hacer tests que plieguen la personalidad a coordenadas comprensibles. Probablemente de forma estéril. A continuación, algunos de ellos:
MBTI
La prueba Myers-Briggs Type Indicator trata de determinar tu personalidad rellanando diversas casillas. Es un sistema muy popular entre las empresas para su selección de personal: muchas de las cien principales compañías de la lista de Fortune lo usan.
Los encuestados deben responder una serie de preguntas en cuatro categorías básicas: actitud hacia la energía, percepción, juicio y orientación ante los acontecimientos de la vida), y las respuestas indican si son más una cosa u otra en cada una de estas categorías (por ejemplo, más extrovertidos o introvertidos).
La prueba es capaz de determinar 16 tipos de personalidad. Pero, a pesar de que es una cifra elevada de tipos de personalidad, no parece tampoco muy útil, tal y como explica Ken Robinson en su libro El elemento:
Esto plantea varios problemas. Uno es que ni la señora Briggs ni su hija, la señora Myers, tenían ninguna cuantificación en el campo de las pruebas psicométricas cuando diseñaron el test. Otro es que a menudo los que lo hacen no se ajustan con nitidez a ninguna de las categorías cuando son sometidos al MBTI. Suelen estar simplemente un poco más hacia un lado de la línea que hacia el otro (un poco más extrovertido que introvertido, por ejemplo), en vez de ser claramente una cosa u otra. Lo más curioso, sin embargo, es que muchas de las personas que repiten el test acaban dentro de una casilla diferente. Según algunos estudios, esto sucede en el manos la mitad de los casos, lo que indica que, o un inmenso porcentaje de nuestra población tiene serios problemas de trastorno de la personalidad, o que el test no es un indicador fidedigno de “tipificación”.
HBDI
El test de Herman Brain Dominance Instrument también se basa en las respuestas de los encuestados, que son sometidos a una batería de preguntas. Pero, a diferencia del MBTI, no busca encasillar a las personas. Lo que pretende es mostrar cuál de los cuatro cuadrantes del cerebro se usa con más frecuencia. Con todo, continúa siendo un modo tosco de definir la complejidad deu na personalidad:
El cuadrante A (hemisferio cerebral izquierdo) guarda relación con el pensamiento analítico (acopio de datos, entender cómo funcionan las cosas, etc.). El cuadrante B (hemisferio izquierdo del sistema límbico) burda relación con el pensamiento enfocado a la acción (organizar y seguir instrucciones, por ejemplo). El cuadrante C (hemisferio derecho del sistema límbico) está relacionado con el pensamiento social (expresar ideas, búsqueda del significado personal). El cuadrante D (hemisferio cerebral derecho) guarda relación con el pensamiento de futuro (visión de conjunto, pensar en metáforas).
MMPI
El Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota es una de las pruebas de personalidad más usadas en el campo de la salud mental. El MMPI registra 3 escalas de Validez y 10 escalas clínicas básicas para la elaboración de un perfil básico. Después tiene 15 escalas suplementarias.
El contenido de los ítems varía cubriendo áreas como la salud general, afectiva, neurológica, síntomas motores, actitudes sexuales/políticas y sociales, aspectos educativos, ocupacionales, familiares y maritales y manifestaciones de conductas neuróticas y psicóticas. A las ciencias sociosanitarias y, psicología, a la psicología, les resulta un gran evaluador de la personalidad, pero es un test arduo en lo referido a su contestación y a su posterior interpretación.
Imágenes | Pixabay
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