Los hombres han dominado, en general, el mundo. Los hombres son particularmente tribales, porque ello es un incentivo de los grupos de hombres para competir con otros grupos por el acceso a recursos y parejas sexuales. También es sexista, porque el sexismo surge en última instancia del incentivo genético de los hombres para controlar la conducta de las mujeres (la mujer no pueden quedarse embarazada de cualquiera porque ello implicaría un gran consumo de tiempo y recursos). Los hombres, en general, parecen más violentos y dominadores.
Ante este panorama, algunos se preguntan si un mundo dominado por mujeres sería más pacífico. También podría aducirse que hoy el mundo es mucho menos violento que en el pasado porque hay más mujeres al mando. .
Ejércitos testosterónicos
A pesar de Xena, la princesa guerra, Lara Croft y otros iconos de mujeres fuertes y violentas, todos los ejércitos de la historia han estado compuestos y comandados por abrumadura mayoría por hombres. Incluso en el siglo XXI, el 97 % de los soldados del mundo, y el 99,9 % de los soldados de combate, son hombres.
Las mujeres sí que han apoyado a los hombres que iban a la guerra: después de todo, quería estar a salvo de invasiones y conquistas de otros pueblos. Han trabajado en fábricas como remachadoras industriales. Catalina la Grande de Rusia, Isabel I de Inglaterra o Isabel la Católica se desenvolvieron con solvencia en la represión interior y la conquista exterior. Pero, en general, las mujeres tribales no se han unido para atacar pueblos vecinos y secuestrar novios. En Lisístrata, de Aristófanes, por ejemplo, las mujeres de Grecia convocan una huelga sexual como medida de presión para que sus maridos pongan fin a la Guerra del Peloponeso.
Tal y como señala el científico político Joshua Goldstein en War and Gender, en un estudio de casi trescientas encuestas de opinión entre las décadas de 1930 y 1980, se observó que los hombres apoyaban la "opción más violenta o contundente" en el 87 % de las preguntas, con empate en las otras.
Pacíficas contextuales
Las mujeres son más pacíficas que los hombres, pero solo lo son más que sus coetáneos. Es decir, que si comparamos a mujeres de hace unos siglos con hombres actuales, las mujeres probablemente serán más violentas que los hombres. En 1961, por ejemplo, se preguntó si Estados Unidos debía "librar una guerra nuclear total en vez de vivir bajo el dominio comunista", y el 87 % de hombres dijo que sí, mientras que el porcentaje de mujeres era del 75 %. O tal y como señala Steven Pinker en su libro Los ángeles que llevamos dentro:
Las brechas de género son mayores cuando un problema divide al país (como en la Guerra de Vietnam), menores cuando el acuerdo es mayor (como en la Segunda Guerra Mundial), e inexistentes cuando el asunto obsesiona a la sociedad entera (como en las actitudes de israelíes y árabes ante el conflicto árabe-israelí).
En cualquier caso, derechos de la mujer y pacifismo de un país parecen están correlacionados: cuanto mejor trata una sociedad a sus mujeres, menos acepta la guerra, como señala Goldstein. No sabemos qué provoca qué, pero la biología y la historia sugieren que, a igualdad en el resto de factores, un mundo con más influencia femenina parece un mundo con menos guerras:
las sociedades que dan poder a sus mujeres son menos susceptibles de acabar con tendencia a crear problemas. Y por supuesto las décadas de la larga paz y la nueva paz han sido las de la revolución en los derechos de las mujeres.
Otro asunto más complejo es determinar qué es exactamente la violencia (no sólo a través de las guerras se puede hacer daño a los demás), y también qué razones empujan a las mujeres a preferir el pacifismo a la sangre. Podéis profundizar un poco más en ello en un artículo que publicamos hace un tiempo por aquí: ¿Las mujeres son tan violentas como los hombres? (I) y (II).
Foto | German Federal Archive
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