El protagonista de la serie de televisión Mad Men, Don Draper, pronuncia una frase con aire memorable: «La publicidad se basa en una cosa: la felicidad ¿Y sabes lo que es la felicidad? La felicidad es el olor de un coche nuevo.»
Pero Draper se equivoca en una cosa: la felicidad no la proporciona el olor a coche nuevo, al menos no demasiado tiempo.
Experiencias sobre cosas
Uno de estos estudios sobre la conveniencia de adquirir un smpartphone último modelo o una experiencia nueva fue realizado por los psicólogos Leaf Van Boven, director del departamento de Psicología de la Universidad Cornell, y Thomas Gilovich, que encuestaron a un grupo de personas acerca de las compras y experiencias que les habían hecho más felices.
La mayoría de las personas recordaron con más satisfacción experiencias que objetos materiales. Con el tiempo, los objetos materiales, desde un coche nuevo hasta un vestido, se van degradando. Sin embargo, las experiencias tienden a idealizarse con la perspectiva del paso del tiempo.
Es decir, que si bien la adquisición de objetos materiales puede proporcionarnos felicidad a corto plazo, ésta irá disminuyendo progresivamente a medida que nos habituemos a la posesión del objeto material en cuestión.
No tardaremos en desear un nuevo objeto material para repetir la sensación inicial, y así sucesivamente. Incluso puede que nuestro coche nuevo deje de oler tan bien si nuestro vecino se compra un coche mejor.
Sin embargo, a la hora de adquirir experiencias (como viajes, conciertos, salir a comer) acostumbra a ocurrir lo contrario: con el transcurrir del tiempo, prevalecen en nuestra memoria los mejores momentos vividos con la experiencia, y cada vez que recordamos la experiencia, es como si parcialmente regresáramos a ella.
Además, las experiencias suelen compartirse con más gente, son inherentemente sociales, pero los objetos suelen ser más individuales: el efecto social de las experiencias contribuye a que proporcionen mayor bienestar.