El gobierno sueco ha dicho que fortalecerá las leyes sobre libertad académica después de que un destacado académico sueco, Jonas F Ludvigsson abandonara la investigación y los debates relacionados con la Covid por los ataques recibidos tras publicar una carta en el New England Journal of Medicine con un estudio donde mostraba que pocos niños suecos enfermaron de covid-19 en la primera oleada.
El mismo perro con distinto collar
Ludvigsson, pediatra del Hospital de la Universidad de Örebro y profesor de epidemiología clínica en el Instituto Karolinska, publicó un estudio que mostraba que relativamente pocos niños en Suecia se enfermaban de la covid. Suecia fue uno de los pocos países que mantuvo abiertas las escuelas y los centros preescolares durante la primavera de 2020, por lo que los datos fueron de los primeros recopilados sobre los riesgos para los niños.
No se trata de un fenómeno nuevo, pero hemos asistido a un aumento de las amenazas contra académicos relacionadas con la investigación sobre el coronavirus. Cuando se silencia a la gente, es una amenaza contra la libertad de expresión y nuestra democracia. Sea por parte de quien sea.
Para reforzar la libertad académica, el gobierno sueco ha propuesto una nueva enmienda que señala que la educación y la investigación deben estar protegidas para permitir que las personas descubran, investiguen y compartan libremente el conocimiento.
Según ha explicado Petter Ottersen, presidente del Instituto Karolinska, donde es profesor Ludvigsson:
En una situación con tantas incógnitas es más importante que nunca que se expresen las opiniones y se escuche a los expertos, aunque sus opiniones sean contrarias a las políticas actuales.
Otros temas muy tribales o partidistas a nivel político también censurar y coartan la libertad de los investigadores si sus resultados contradicen al grupo dominante, desde temas de índole sexual hasta índices de violencia. También es habitual la cancelación cultural.
Por supuesto, esta es solo una manifestación más de que la gente, en general, no quiere la libertad de expresión: la quiere para quienes están de acuerdo con ellos, pero siempre trazarán una línea roja o un cordón sanitario para quienes esgriman opiniones que ellos han determinado como monstruosas. El caso del rapero Pablo Hásel y su resonancia medática es un buen ejemplo de ello, como podéis ver en el siguiente vídeo:
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