Según un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo del Departamento de Psicología de la Universidad de Zúrich, dirigido por Sascha Frühholz, hay un sonido gutural humano que nos llama más la atención que un grito de alarma: un grito no de alarma.
Los resultados del estudio revelaron seis tipos de gritos emocionalmente distintos que indican dolor, ira, miedo, placer, tristeza y alegría. Los oyentes, así, respondieron de manera más rápida y precisa, y con una mayor sensibilidad neuronal, a los gritos positivos y no alarmantes que a los gritos alarmantes.
Gritos e imágenes de resonancia magnética funcional
El equipo de investigación llevó a cabo cuatro experimentos para su estudio. Se pidió a doce participantes que vocalizaran gritos positivos y negativos que podrían ser provocados por diversas situaciones. Un grupo diferente de individuos calificó la naturaleza emocional de los gritos y los clasificó en diferentes categorías.
Mientras los participantes escuchaban los gritos, su actividad cerebral se sometió a imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para monitorear cómo percibían, reconocían, procesaban y categorizaban los sonidos. Según explica Frühholz:
Las regiones cerebrales frontal, auditiva y límbica mostraron mucha más actividad y conectividad neuronal al escuchar los gritos que no eran de alarma que al procesar los gritos de alarma.
Anteriormente se suponía que los sistemas cognitivos humanos y de los primates estaban especialmente diseñados para reconocer señales de amenaza y peligro en forma de gritos. Sin embargo, a diferencia de los primates y otras especies animales, los gritos humanos parecen haberse diversificado más a lo largo de la evolución humana, algo que Frühholz considera un gran salto evolutivo.
Es muy posible que solo los humanos griten para indicar emociones positivas como gran alegría o placer. Y a diferencia de las llamadas de alarma, los gritos positivos se han vuelto cada vez más importantes con el tiempo.