Los hombres daneses que ganan menos que sus esposas (este efecto no se ha dado si no están casados) son más propensos a usar fármacos para la disfunción eréctil que sus homólogos que ganan más que ellas. Este fenómeno ocurre incluso cuando esta desigualdad es pequeña, según se desprende de este estudio publicado en Personality and Social Psychology Bulletin.
Por contrapartida, las esposas que sostienen mayormente a la familia sufren un mayor uso de medicamentos para el insomnio / ansiedad, con efectos similares para los hombres a los que son el sostén de la familia.
Roles de género
A medida que aumenta el porcentaje de esposas que sobrepasan a sus maridos, se desafía la norma social tradicional del sostén de familia masculino. La comparación de ingresos ascendentes del marido puede causar angustia psicológica que afecte la salud física y mental de la pareja en formas que influyen en las decisiones sobre el matrimonio, el divorcio y la carrera.
El estudio citado estudia particularmente este impacto a través de problemas de salud sexual y mental. Utilizando datos de salarios y medicamentos recetados de Dinamarca, los que ganan menos parecen más propensos a usar medicamentos para la disfunción eréctil que sus contrapartes masculinas que son el sostén de la familia.
El estudio, curiosamente, no halló efectos para las parejas no casadas o para los hombres que ganaban menos que su prometida antes del matrimonio. Los resultados sugieren así que las normas sociales juegan un papel importante a la hora de dictar cómo responden los individuos a las comparaciones sociales ascendentes.
Como también sucede con otros comportamientos asociados con la masculinidad, como conducir agresivamente un coche (lo que comporta más accidentes fatales). Aunque, como podéis ver en el siguiente vídeo, eso no significa necesariamente que las mujeres conduzcan peor (de hecho, tienen más accidentes no fatales):
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