Como contrapartida al anterior artículo, Genios idiotas musicales, hoy voy a hablaros de personas que son incapaces de procesar la música con normalidad. Los idiotas musicales.
A las personas que carecen de comprensión musical normal sufren lo que técnicamente se llama amusia congénita, que no debe confundirse con la amusia adquirida, que es la resultante de una lesión cerebral producida en una persona sana. Los que sufren amusia congénita nacen ya incapacitados para las notas musicales.
Pero esta clase de comportamiento anormal del cerebro no fue plenamente documentado hasta 2002, gracias al estudio dirigido por Isabelle Peretz de un paciente que había sido sordo a las notas desde su nacimiento. Hasta entonces, los artículos publicados sobre el tema no eran nada desdeñables pero no cumplían los exigentes modelos experimentales que requiere la ciencia actual.
El primero de estos artículos fue publicado en 1878 en la revista de filosofía y psicología Mind por Grant Allen. En él se hablaba de un hombre de 30 años que no distinguía una nota musical de la otra. Allen denominó a esta condición “sordera de notas”, pues la consideraba análoga a la “ceguera a los colores”.
A pesar de que este paciente había recibido clases de canto y de piano, no era capaz de distinguir dos notas de piano consecutivas. Y cuando se le solicitó que cantara God Save the Queen, acertó alguna nota sólo por casualidad.
Curiosamente, el sentido del oído del sujeto era normal. Siempre que los sonidos percibidos no fueran musicales. Por ejemplo, cuando escuchaba un violín, no podía atender correctamente a la melodía porque los ruidos que producían las cuerdas que se retorcían y el frotamiento del arco le incomodaban. Para él era ruido de fondo. Así como le ocurría con un piano, que el sujeto describía como:
una tonada musical con golpes sordos y el sonido de algún mecanismo de alambre.
El informe es un tanto anecdótico desde el punto de vista científico, como también los estudios a gran escala realizados en 1948 y 1980, que concluyeron que entre el 4 y el 5 por 100 de la población británica padecía sordera a las notas.
Ahora empezamos a conocer mejor cómo funciona la amusia congénita y, en retrospectiva, aquellos estudios que incluso se pusieron en duda por completo, adquieren una pátina de verosimilitud que vale la pena tener en cuenta. Tal vez existan más personas de las que creemos que consideran la música un montón de ruido sin sentido.
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