Muchos de los hábitos de una relación tácitamente aceptados en nuestra cultura erosionan la intimidad, la confianza y la felicidad. Los rasgos que no se ajustan a nuestra narrativa tradicional de lo que es el amor y lo que debería ser el amor son en realidad ingredientes necesarios para el éxito de una relación duradera.
No hace falta hablarlo todo
El investigador John Gottman es un experto en dinámicas de pareja. Incluso dice que es capaz de saber si un matrimonio tendrá éxito en sólo 15 minutos.
Gottman ideó el proceso de las relaciones de "corte fino", una técnica en la que vincula a las parejas con todo tipo de dispositivos biométricos y luego los graba teniendo pequeñas conversaciones sobre sus problemas. Gottman analiza la conversación cuadro por cuadro, mirando los datos biométricos, el lenguaje corporal, la tonalidad y las palabras específicas elegidas. A continuación, combina todos estos datos para predecir si su matrimonio funciona o no.
Y lo primero que dice Gottman tras tantos años de análisis es que la idea de que las parejas deben comunicarse y resolver todos sus problemas es un mito.
En su investigación de miles de parejas felizmente casadas, algunas de las cuales han estado casadas durante más de 40 años, encontró una y otra vez que las parejas más exitosas tienen problemas persistentes sin resolver, problemas no resueltos que por los que a veces han estado luchando durante décadas.
Mientras tanto, muchas de las parejas sin éxito insistieron en resolver todo porque temían que hubiera un desacuerdo entre ellos.
A la gente le gusta fantasear sobre el "amor verdadero". Pero si existe tal cosa, nos exige a veces aceptar cosas que no nos gustan. Las parejas exitosas aceptan y entienden que algún conflicto, de vez en cuando, es inevitable, y que siempre habrá ciertas cosas que no nos gustan de nuestras parejas o con las que no estamos de acuerdo, y que eso está bien.
Una pareja exitosa no debería necesitar sentir la necesidad de cambiar al otro para amarlo. Y no debe permitir que algunos desacuerdos se interpongan en lo que de otra manera sería una relación feliz y saludable. La verdad es que tratar de resolver un conflicto a veces puede crear más problemas de los que soluciona. Algunas batallas simplemente no vale la pena que se disputen. Y a veces la estrategia de relación óptima es: "vive y deja vivir".
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