Lejos de los aforismos tautológicos de Pablo Coelho o de que hay que aceptar todo como posible (lo que equivale a decir que tienes tan abierta la mente que cabe cualquier idea en ella, aunque sea contradictoria), lo cierto es que hay comprobación experimental de que las personas con una personalidad determinada por mayor apertura de miras pueden ver cosas que los demás no ven.
Concretamente, pueden ver dos imágenes simultáneamente aunque la mayoría solo pueda ver una, es decir, tienen percepciones visuales de la realidad que son diferentes.
Rivalidad binocular
Esto es lo que se trató de demostrar en un reciente experimento, publicado a principios de año en Journal of Research in Personality.
En él, investigadores de la Universidad de Melbourne, en Australia, reclutaron a 123 personas a las que sometieron a la prueba de personalidad de las llamadas "Cinco grandes", que miden cinco dimensiones de la personalidad: extroversión, amabilidad, conciencia, neuroticismo y apertura a la experiencia. Ese último rasgo de la personalidad involucra a la creatividad, la imaginación y una voluntad de probar cosas nuevas.
A continuación, se les sometió a todos un fenómeno de percepción visual llamado "rivalidad binocular". Este fenómeno se produce cuando a cada ojo se le muestra una imagen diferente (en este caso, un parche rojo en un ojo y un parche verde a otro). La mayoría de la gente cambia hacia atrás y hacia adelante entre las dos imágenes incompatibles, pues el cerebro sólo puede percibir uno a la vez.
Sin embargo, algunas personas combinan las dos imágenes en un parche rojo-verde unificado. Los participantes que obtuvieron puntuaciones más altas en la dimensión de la apertura a la experiencia fueron más propensos a percibir esta imagen combinada que el resto.
Esto tiene sentido, según los investigadores, porque la apertura a nuevas experiencias está vinculada con la creatividad, y la capacidad de combinar dos imágenes parece ser una solución creativa "al problema presentado por los dos estímulos incompatibles".
O dicho de otro modo: todos nosotros estamos continuamente filtrando la información que nos llega a los sentidos. No obstante, las personas abiertas de mente parecen tener una puerta más flexible y dejan pasar más información que la persona promedio, lo que les permite combinarla de formas nuevas, tal y como señala Anna Antinori, líder del estudio.
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