A pesar de que nacemos con una inteligencia, digamos, de serie, determinada por nuestro ADN, las experiencias pueden mejorar o empeorar nuestra inteligencia. Sin embargo, hay una técnica para mejorar significativamente la inteligencia en sólo 20 días. Se llama n-back.
El n-back una prueba o actividad interactiva continua que permite medir o poner en forma la memoria de trabajo, inteligencia fluida y concentración del individuo que la practique con frecuencia.
La actividad consiste en una figura aparece por poco tiempo en la pantalla y, tras desaparecer y aparecer de nuevo, el individuo debe señalar si la figura sigue donde estaba y, en cualquiera de los casos, memorizar la nueva posición de la figura para así continuar sucesivamente con el próximo ciclo. El nivel de dificultad se incrementa cuando se le pide al individuo señalar si la posición de la figura hace cierto número de ciclos atrás es la misma. El juego adquiere el nombre de 1-back, 2-back, etc. según el número de ciclos que se pida memorizar y recordar al individuo respecto a los ciclos anteriores.
En una investigación de Jaeggi del 2008, se afirma que esta actividad aumenta la inteligencia fluida, la cual fue medida de diversas maneras. Esto trajo la atención de la actividad y lo popularizó. En 2009 se reportó para esta actividad que 14 horas de formación por más de 5 semanas da lugar a cambios en la densidad mensurables para neurorreceptores de dopamina cortical.
Durante la reunión anual del 28 de mayo de 20011 de la Asociación de Ciencia Psicológica en Washington (EE UU), el psicólogo John Jonides, de la Universidad de Michigan, presentó un estudio que demuestra que la práctica de este tipo de tareas durante 20 minutos diarios en un plazo de 20 días mejora significativamente la inteligencia fluida.
Para estudiar los efectos de este entrenamiento sobre el cerebro se usaron técnicas de neuroimagen. Los nuevos estudios también incluyen pruebas con niños que muestran el mismo tipo de efecto del entrenamiento con el uso de versiones de n-track en videojuegos. Jonides y sus colegas también llevaron a cabo estudios de imagen neural con adultos para mostrar la forma en que el entrenamiento afectaba la actividad cerebral.:
Después del entrenamiento las personas mostraron una reducción del volumen del flujo de sangre en las regiones cerebrales activas cuando hacían las tareas del entrenamiento. Y tuvieron incrementos en el volumen del flujo de sangre hacia esas mismas regiones cuando no estaban realizando las tareas.
Jonides colaboró con colegas de las universidades de Berna y Taipei. Los investigadores probaron el “entrenamiento n-back” con 200 niños y jóvenes.
Podéis probarlo visitad dual-back o BrainWorkShop. Os advierto, eso sí, que el ejercicio resulta algo desquiciante y requiere un poco de paciencia según aumentan sus grados de complicación. Pero ¿quién dijo que ser más inteligente fuese fácil?
Vía | Medical Press / Informe
Más información | BrainWorkShop
Ver 22 comentarios