Según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de San Diego, y publicado en la revista Emotion, hay una correlación entre la felicidad y los principales indicadores del estado socioeconómico, incluidos los ingresos y la educación.
Y esta correlación se ha fortalecido constantemente.
Correlación socioeconómica
Utilizando datos de la General Social Survey, una de las encuestas de adultos de mayor duración en los Estados Unidos, el psicólogo de SDSU Jean Twenge y su coautor de la Universidad de Lynn, A. Bell Cooper, exploraron datos sobre 44.198 adultos estadounidenses de 1972 a 2016.
Los resultados muestran que, en promedio, cuanto más ingresos obtiene alguien, más feliz es. Esto difiere de los estudios anteriores que encontraron que la felicidad se estabilizó después de lograr un ingreso anual de aproximadamente 75.000 dólares.
La investigación de Twenge también descubrió que la felicidad está más fuertemente relacionada con los ingresos ahora que en los años setenta y ochenta. Twenge concluye que el dinero de hecho puede comprar más felicidad ahora que en el pasado.
Estamos ante una correlación, no ante un vínculo causa-efecto; y además estamos ante datos de una encuesta, con todas las limitaciones metodológicas que ello conlleva.
Otra posible explicación podría estar relacionada con el matrimonio. Si bien las tasas de matrimonio alguna vez fueron similares entre los estadounidenses de ingresos más bajos y más altos, los estadounidenses de ingresos más bajos ahora tienen menos probabilidad de casarse y, según los datos, las personas casadas son más felices en promedio.
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