A pesar de las noticias publicadas por la prensa asustaviejas y la demagogia habitual de políticos y pedagogos, la violencia cada día más en casi todos los países del mundo (con sus naturales picos estadísticos). Y su mayor reducción coincide, de hecho, con la llegada de los videojuegos.
Por eso, los estudios mejor diseñados no han hallado evidencia causal entre viodejuegos violentos y la violencia real. Un nuevo estudio, realizado por Agne Suziedelyte, profesora principal del Departamento de Economía de la City, Universidad de Londres, viene a confirmarlo.
Lanzamiento de videojuegos
El estudio examinó los efectos de los videojuegos violentos en dos tipos de violencia: agresión contra otras personas y destrucción de cosas / propiedades. También se emplearon métodos econométricos que identifican efectos causales plausibles de los videojuegos violentos sobre la violencia, en lugar de solo asociaciones.
El estudio, publicado en el Journal of Economic Behavior & Organization, se centró en niños de entre 8 y 18 años, el grupo más propenso a jugar videojuegos violentos.
No se encontró evidencia de que la violencia contra otras personas aumente después del lanzamiento de un nuevo videojuego violento. Los padres informaron, sin embargo, que era más probable que los niños destruyeran cosas después de jugar videojuegos violentos. Según explica Suziedelyte:
Tomados en conjunto, estos resultados sugieren que los videojuegos violentos pueden agitar a los niños, pero esta agitación no se traduce en violencia contra otras personas, que es el tipo de violencia que más nos preocupa. Una explicación probable de mis resultados es que los videojuegos generalmente tienen lugar en casa, donde las oportunidades de participar en actos violentos son menores. Este efecto de 'incapacitación' es especialmente importante para los niños propensos a la violencia que pueden sentirse especialmente atraídos por los videojuegos violentos.
Podéis ahondar en más pruebas de cómo los videojuegos incluso podrían estar reduciendo la violencia en el siguiente vídeo, donde se hace hincapié en el miedo de algunos padres a que sus hijos estén imitando los juegos de la serie de moda en Netflix: El juego del calamar.
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