Continuemos con las técnicas psicológicas que utilizan los magos para lograr esos trucos tan vistosos.
Ilusiones cognitivas
Para hacer desaparecer algo realmente grande (al más puro estilo Copperfield con la Estatua de la Libertad), es necesario el uso de ilusiones físicas. Humo, espejos… Pero la técnica tiene un límite, y es ahí donde entra de nuevo el componente mental. Crear ilusiones que capten nuestra atención, o jugar con la forma en que prevemos el futuro.
Según distintas investigaciones, tardamos una décima de segundo desde que llega la información al cerebro hasta su percepción consciente. Si nos paramos a pensarlo, estamos viviendo una décima de segundo por detrás del presente, y tratamos de solucionarlo prediciendo este futuro incierto (aunque sea de una décima de segundo).
Y es precisamente en ese espacio donde los magos se aprovechan.
Otros tipos de ilusiones cognitivas vienen relacionados con la manipulación de nuestra atención. Un ejemplo muy conocido es el del vídeo de los jugadores de baloncesto. Se pide que contemos los pases que realiza uno de los equipos:
¿Cómo lo hacemos para no ver al gorila? Porque estamos poniendo toda nuestra atención a otra cosa (los jugadores).
Otro ejemplo de cómo se nos pasan por alto muchos detalles es el siguiente vídeo, en el que se hace un sencillo truco de cartas:
Según ciertos estudios psicológicos, parece ser que no es necesario estar mirando al mismo lugar al que estamos prestando atención, con lo que queda descartado que allí donde miremos, veremos el engaño.
Forzando la solución
Imaginemos que tengo una baraja con 52 ases de picas.
Escoge una carta, la que quieras.
No me la enseñes. Recuérdala bien, enséñasela a tus amigos.
Guárdala en la baraja de nuevo. Baraja las cartas. Más. Un poco más. Perfecto.
Ahora yo saco una carta, y será la que tú escogiste… ¿Era el as de picas?
Este truco demuestra dos cosas: que como mago no me podría ganar la vida, y que he forzado tu elección. Quizás pueda parecer algo rudimentario, pero con esta base es con la que trabajan los magos.
Hagamos la versión psicológica de mi triste truco de magia. En este caso, trataremos de dar la impresión a nuestro invitado de que su elección es totalmente libre, pero no será así.
Ponemos las cartas delante suyo, pero utilizando ciertas técnicas para que el as de picas esté más rato expuesto a ser cogido. Si ahora le pedimos por favor que elija, las prisas forzarán aún más la elección.
De ahí que los magos repitan tanto frases como “hemos podido ver que Luisa ha escogido la carta que ella quería”, ya que lo que hacen es borrar sutilmente la idea vaga de los invitados de que estaban siendo forzados a elegir.
Y es que hay trucos imposibles de detectar…
Vía | PsyBlog (en inglés)
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