Cualquier dueño de perro ha tenido la sensación de que su mascota se pone celosa cuando nos paramos a acariciar a otro perro en el parque. Pero aunque algunos piensen que se trata de una forma de humanizar a estos animales, los científicos han confirmado que los amantes de los perros están en lo cierto.
Nuestros amigos de cuatro patas pueden actuar igual que un hijo celoso, incluso si el intruso no es más que un perro de peluche. El comportamiento de los perros cuando sus dueños hablan y acarician a un perro de peluche va desde un simple empujón, pasando por intentos de interponerse entre el peluche y su dueño, hasta comportamientos agresivos hacia el perro de juguete.
Este comportamiento de los perros apoya la idea de que no todos los celos requieren la capacidad de reflexionar sobre sí mismo y comprender las intenciones conscientes. Existe una forma más básica de emoción que probablemente evolucionó como una forma de obtención de recursos, tales como alimento y afecto. Ésta es lo que los bebés experimentan si sus madres miran cariñosamente a otros bebés, y también lo hacen los miembros de otra especie social, los perros.
Vía | sciencemag
Ver 3 comentarios