Una idea muy repetida, sobre todo en los libros de autoayuda, es que sonreír nos hace más felices: la simple mueca desencadena endorfinas. No sólo la risa puede contagiarnos un estado de ánimo positivo, sino todas las demás muecas.
Como apunta el psicólogo de la Universidad de Harvard Daniel Goleman en su libro Inteligencia social, este reflejo de la imitación mediante las neuronas espejo favorece una especie de puente intercerebral que nos expone a las influencias emocionales de quienes nos rodean. Y esta transacción emocional vía visual se produce, por supuesto, a nivel inconsciente. El problema es que un estudio muy exhaustivo sobre este tema revela que no es verdad.
El estudio se ha realizado con casi 2.000 personas, gracias a los esfuerzos del psicólogo Eric-Jan Wagenmakers, de la Universidad de Amsterdam.
Ni siquiera han logrado registrar un efecto del 30%, de modo que, al menos de momento, deberíamos empezar a descarcar la hipótesis de la mejora del ánimo mediante la mera sonrisa.
Imagen | be creator
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