Cada vez hay más literatura científica que evidencia que los contratos de doctorado y postdoctorado pueden ser una fuente importante mala salud mental. La universidad a menudo glorifica y premia el exceso de trabajo y las jornadas de horas interminables.
Además, se espera que los científicos que tutelan a lo estudiantes sean tanto un sistema de apoyo como un evaluador de sus progresos severos e independientes, una contradicción que desalienta a los estudiantes a compartir posibles problemas de salud mental por temor a dañar su ascenso profesional.
Problemas mentales
Se necesita más trabajo a gran escala para comprender el alcance de los problemas de salud mental y cómo contribuyen a aspectos específicos del ambiente académico general, sin bien ya hay algunos estudios reveladores.
Uno de ellos, realizado en un grupo de estudiantes de doctorado en Flandes, Bélgica, encontró que estos tenían más del doble de probabilidad de sufrir problemas de salud mental que la población altamente educada en general, y que un tercio de ellos tenía o estaba en riesgo de desarrollar un trastorno psiquiátrico. Una encuesta realizada a estudiantes de doctorado en la Universidad de Arizona en Tucson también encontró que alrededor de tres cuartas partes estaban bajo un estrés "superior al promedio".
Ahora, sin embargo, el problema está siendo cada vez más acuciante. Por eso, en marzo de 2018, se iniciaron una serie de 17 proyectos que tienen como objetivo comprender mejor las amenazas para el bienestar que a las que se enfrentan los investigadores y estudiantes y explorar qué tipos de apoyo pueden brindar sus universidades.
La conferencia de Brighton International Conference on the Mental Health & Wellbeing of Postgraduate Researchers presentará muchos de estos y otros proyectos de investigación. Una conferencia dedicada solo a este tema ya es un signo alentador de que la salud mental de estudiantes de posgrado se está tomando en serio. Pero se debe hacer mucho más.
Se proponen ya algunas soluciones. Por ejemplo, los estudiantes pueden tener más de un supervisor, para que puedan encontrar apoyo sin preocuparse por dañar su carrera. Las universidades deben asegurarse de que los servicios de salud mental que ofrecen a los estudiantes universitarios también lleguen a los estudiantes de posgrado y posdoctorados. Y se debe aprender a respetar el equilibrio trabajo-vida.
Imagen | NWABR
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