Ante la sencilla pregunta de qué notas sacábamos en el colegio, la mayoría de nosotros no responderá la verdad. No por mala fe, sino por simple mala memoria.
Al menos son los resultados que se obtuvieron cuando se les preguntó a estudiantes de primer año de universidad del Ohio Wesleyan acerca de sus calificaciones en el instituto, tal y como se publicó en Psychological Science.
Tras cotejar las respuestas de los estudiantes con los expedientes académicos reales, el 29 % de las notas estaba equivocadas. La mayoría de estos errores favorecían las notas de los alumnos, en vez de empeorarlas, recordando un sobresaliente en vez de un notable, por ejemplo. Tal y como abunda en ello Joseph T. Hallinan en su libro Las trampas de la mente:
Quizá no sea sorprendente que los estudiantes tuvieran una mejor memoria para las notas buenas que para las malas. La precisión en el recuerdo de sobresalientes era del 89 %; en el caso de los aprobados de un 29 %. (Los investigadores desecharon los suspensos). Tampoco estaban aislados los errores. En total, setenta y nueve de los noventa y nueve estudiantes inflaron sus notas. (Muy pocos estudiantes dijeron notas por debajo de la realidad como para permitir generalizaciones significativas).
Un estudio más reciente llevado a cabo con estudiantes de la Universidad Northeastern de Boston aún ofrecía datos más elevados: solo un 10 % de los estudiantes recordaron sus notas como siendo inferiores.
Imagen | alamosbasement
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