Piensa en Wikipedia y piensa que si algo así hubiera podido existir antes de Internet. Piensa en Linux. O en los subtítulos al español de todas las series que se estrenan en Estados Unidos, y en Japón, e incluso algunas de Suecia y otros países. Piensa en todas las muestras de colaboración que se producen en internet.
Sí, bien, muchas de ellas son posibles gracias a que internet permite distribuir eficazmente el trabajo y tutelarlo entre todos, pero también son posibles porque la comunicación genera cercanía, y la cercanía, colaboración… aunque existan cientos o miles de kilómetros de distancia entre las personas.
La comunicación entre seres humanos puede contribuir a fomentar la empatía, la humanización y la solidaridad, que a su vez fomentan la cooperación, como sugiere un análisis de David Sally de la década de los 1990 acerca de más de cien experimentos del dilema social, llevados a cabo entre cientos de personas a lo largo de varios años.
Estos dilemas sociales, como el célebre dilema del prisionero, dan resultados diferentes cuando se permite a los jugadores o participantes comunicarse cara a cara: nada menos que la cooperación se incrementa un 45 %. Tal y como abunda en ello Yochai Blenker en su libro El Pingüino y el Leviatán:
No fue necesario que hubiera intercambio de dinero ni hubo que adoptar compromisos: la simple interacción cara a cara bastó para que los niveles de cooperación prácticamente se duplicasen. Más o menos en la misma época, Elinor Ostrom y sus colaboradores documentaron sus propios experimentos, en los cuales a unos desconocidos se les daba la oportunidad de hablar unos con otros. Cuando lo hicieron, inmediatamente efectuaron promesas, establecieron compromisos, adoptaron normas de conducta y se relacionaron unos con otros como seres humanos.
Entorno online
Pudiéramos pensar que en entorno online favorece el anonimato, y por tanto no hay tanta comunicación empática. Y, en parte, eso es cierto, por eso las empresas gastan tanto dinero en reuniones y networking presencial. Pero que la interacción cara a cara sea más poderosa que la interacción online no significa que la segunda también surta efectos beneficiosos para la cooperación.
De hecho, entre los editores de Wikipedia ni siquiera se suelen usar nombres reales. Porque la reputación, la visibilidad y demás factores que contribuyen a la socialización entre personas se cuidan especialmente:
No cabe duda de que es impersonal. Por consiguiente, sería ilógico pensar que sus miembros tuviesen algún sentimiento de solidaridad o lealtad con el resto. Sin embargo, es así , en gran medida debido al gran número de canales de comunicación de Wikipedia. Uno de esos canales son las páginas de “discusión” que acompañan a cada artículo. Se trata de un foro totalmente abierto en el que los autores y lectores de Wikipedia pueden señalar errores o problemas en las correcciones o contribuciones de otros, hacer preguntas o simplemente entablar una relación humana.
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