La estadística sugiere que la gente joven tiene más accidentes de coche que el resto de conductores. Algún estudio revela que un adolescente que conduzca solo un coche tiene un 40% más de probabilidad de sufrir un accidente.
La cosa se complica si el adolescente está acompañado de otro adolescente: entonces ese porcentaje se duplica. Y si en el coche hay tres adolescentes, entonces el porcentaje se vuelve a duplicar.
El psicólogo Dan Ariely abunda en ello en su libro Las trampas del deseo:
Del mismo modo, debemos enseñar a los adolescentes (y a todo el mundo) a que no conduzcan cuando sus emociones estén en ebullición. No son sólo la inexperiencia y las hormonas las que hacen que tantos y tantos adolescentes estrellen sus coches o los de sus padres. Son también sus oídos llenos de las risas de los amigos, con el reproductor de CD atronando al nivel de decibelios suficiente para disparar la adrenalina, y la mano derecha del conductor buscando las patatas fritas o la rodilla de su novia.
Imagen | Pixabay
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