Según un reciente estudio, los tacones altos propician que las mujeres se perciban como más sexys, más femeninas y de mayor estatus, pero los tacones no cambiaban la personalidad o la inteligencia percibidas.
En el estudio se analizó las respuestas de 448 participantes que respondieron preguntas sobre el atractivo y otros rasgos relacionados con la aptitud evolutiva, y el potencial de apareamiento a corto y largo plazo, de una mujer con zapatos planos o de tacón alto.
Teoría del hándicap
Se planteó la hipótesis de que la mujer con tacones altos sería calificada como más atractiva y evolutivamente en forma tanto por hombres como por mujeres, y preferida por los hombres para el apareamiento a corto plazo. La hipótesis fue apoyada parcialmente en el estudio presente.
La mujer con tacones altos fue percibida como más atractiva sexualmente, físicamente atractiva, femenina y de un estatus más alto. Además, las mujeres calificaron a las mujeres como de mayor estatus independientemente del zapato que a los hombres, mientras que los hombres calificaron a las mujeres como de mayor potencial de apareamiento a corto y largo plazo que las mujeres, independientemente del zapato.
Llevar tacones altos, pues, refuerza el llamado principio del handicap, porque las mujeres pagan un alto precio por llevarlos: como la mayoría de abalorios o refuerzos por llamar la atención, son nocivos para la salud.
El principio del handicap es una hipótesis propuesta originalmente en 1975 por el biólogo Amotz Zahavi para explicar cómo la evolución puede hacer que se produzcan señales de buenas intenciones entre animales que tienen una motivación obvia para engañar al otro o para engañarse mutuamente, y sugiere que esas señales deben conllevar un coste para el portador, pues tales señales consisten en alguna característica que no puede ser afrontada por otros individuos. El equivalente masculino de unos tacones altos sería, por ejemplo, un coche polla: