Los adolescentes que juegan a los videojuegos con frecuencia tienen un cerebro con centros de placer más grande.
Así lo asegura un nuevo estudio, publicado en la revista Translational Psychiatry, a cargo del Dr Simone Kuhn de la Universidad Charité de Medicina en Berlín y un gran equipo de colaboradores europeos. El equipo estudió a 154 niños de las escuelas de Berlín, todos de 14 años.
Los niños se dividieron en dos grupos: jugadores eventuales, que juegan unas 4 horas por semana, y jugadores frecuentes, que juegan de media unas 21 horas a la semana.
Una característica importante de nuestro estudio es que ninguno de los niños es adicto a los videojuegos
Afirma Kuhn.
Cuando a los niños se les realizó una resonancia magnética, los investigadores descubrieron que una región del cerebro, llamada cuerpo estriado, había más materia gris (compuesta de células nerviosas) en los jugadores frecuentes.
En cambio, la cantidad de materia blanca (conexiones entre los nervios) fue similar en ambos grupos.
El estriado ventral se asocia generalmente con todo lo que da placer, por ejemplo alimentos o una recompensa monetaria. También se ha asociado con algunas adicciones. Si mostramos un cigarrillo a un fumador, por ejemplo, el estriado ventral se activa
El neurotransmisor dopamina, importante en la motivación y la recompensa, también juega un papel en el estriado ventral.
Pero, ¿son los videojuegos los que agrandan el centro de placer o es la gente con grandes centros de placer los que toman videojuegos?
Kühn cita otro estudio que muestra que la ampliación del cuerpo estriado dorsal permite a las personas un mejor desempeño en los videojuegos, tomando decisiones más rápidas.
Esto favorece a la parte del cerebro que conduce el comportamiento. Sin embargo, su impresión es que jugar a los videojuegos hace que el centro del placer crezca.
Vía | ABC Science
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