A pesar de la amplia diversidad humana, los diferentes modos de vivir, las grandes discrepancias sociales entre escolarización, esperanza de vida, incidencia de determinadas enfermedades y un largo etcétera, gran parte de las generalizaciones sobre la naturaleza humana se basan en estudios llevados a cabo con grupos de individuos reducidos. Y lo que es peor: WEIRD.
Pero ¿qué es un WEIRD? Es un acrónimo que se lee como “raro” pero que prcede de Western, Educated, Industrialized, Rich and Democratic Societies. Es decir: pertenecientes a sociedades occidentales, cultas, industrializadas, ricas y democráticas, tal y como han denunciado los sociólogos Joseph Henrich, Steven Heine y Ara Norenzayan.
Como muestra, un botón: el 96 % de los individuos evaluados en una muestra de artículos de las principales publicaciones de psicología en el año 2008 se adscribían al llamado WEIRD, es decir, pertenecían a países industrializados occidentalizados (Norteamérica, Europa, Australia, Nueva Zelanda e Israel).
Pero más aún: el 68 % de todos estos sujetos pertenecía exclusivamente a Estados Unidos. Y hasta un 80 % eran estudiantes universitarios matriculados en cursos de psicología, es decir, que ni siquiera representan a el individuo medio de su país.
Abunda en ello Jared Diamond en su reciente libro El mundo hasta ayer:
La mayoría de los sujetos también parecen ser literalmente raros conforme a los criterios de la variación cultural internacional, ya que resultan atípicos en muchos estudios sobre fenómenos culturales que han tomado muestras más amplias de la variación mundial. Esos fenómenos incluyen la percepción visual, la justicia, la cooperación, el castigo, el razonamiento biológico, la orientación espacial, la reflexión analítica frente a la holística, el razonamiento moral, la motivación para adaptarse, la toma de decisiones y el concepto de uno mismo.