-Thomas Alva Edison predijo que algún día conseguiría provocar desmayos y estados comatosos en masa en los ejércitos enemigos mediante lo que él llamó atomizadores de carga eléctrica.
-Sin salir del ámbito bélico, también ideó un plan para construir electroimanes gigantes que atraparan las balas enemigas en vuelo y las devolvieran por donde habían venido.
-Intentó aplicar infructuosamente las primeras tiendas automáticas, en las que el tendero fuera un elemento innecesario. Para ello, en las tiendas de ultramarinos, los clientes podría recibir su pedido a través de una rampa similar a un tobogán después de depositar una moneda en una ranura.
-También inventó un ventilador a batería y una pluma eléctrica.
-Se obsesionó con el hormigón, hasta tal punto que quiso construir casas enteras de hormigón, tal y como os expliqué en Edison y su obsesión por crear un mundo de hormigón.
-Con todo, a pesar de sus locas ideas y de todos sus inventos que no sirvieron para nada y que no tenían un objetivo evidente, Edison tuvo mucho éxito y fue un enorme generador de riqueza, según cuenta Bill Bryson en su libro En casa:
Se estima que en 1920 las industrias que sus invento y mejoras engendraron valían, en conjunto, 21.600 millones de dólares. Pero era malísimo en cuanto a calcular cuáles de entre todos sus intereses tenían mejores perspectivas comerciales. Simplemente se convencía a sí mismo, como ningún ser humano lo había hecho antes, de que cualquier cosa que él inventara generaría dinero.
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