Actualmente, viajar es una actividad más ociosa que otra cosa. Sin embargo, el viaje considerado como forma de placer o como forma de torturar a los amigos (enseñando las fotos) es bastante reciente. Hasta hace poco tiempo, viajar tenía más que ver con la exploración, con el descubrimiento, e incluso con la investigación científica.
En ese sentido, el primer viajero de la historia no era un viajero de camisa hawaina o un ricachón con ganas de descubrir placeres en tierras exóticas, sino un investigador del mundo, un tipo que usó su lupa para analizar todo cuanto veía desde el prisma de la antropología, la historia, la geografía y hasta la psicología.
El primer gran viajero de la historia fue indudablemente Estrabón, nacido en el 63 a. C. en Amasia, a orillas del mar Negro. A él le debemos la aparición, en diecisiete volúmenes, de la Geografía, la descripción del mundo más exhaustiva escrita hasta la fecha. Estrabón tenía casi sesenta años cuando se publicó su primer volumen hacia el 7 a. C., y el último se publicó un año antes de su muerte, a la edad de 85 años.
Actualmente, conservamos todos los volúmenes de su obra, excepto uno.
Para Estrabón, el mundo tenía una anchura de 30.000 estadios (a diferencia de los 38.000 que había estimado Eratóstenes) y una longitud de 70.000 estadios. El estadio era una unidad de longitud griega, que tomaba como patrón la longitud del estadio de Olimpia, que equivalía a 174,125 metros. Para Estrabón éste es el mundo habitado. Una isla flotante en un mar del hemisferio norte. Tal y como leemos en El mapa de Simon Gardfield:
Hoy leemos la Geografía de Estrabón con una mezcla de admiración y perplejidad: admiración por la magnitud de la empresa, perplejidad por algunos de sus supuestos. Considera que no merece la pena conquistar Britania, que describe como miserable e inhabitable a causa de su clima (señala que el sol apenas brilla en la isla, particularmente en la región que ahora llamamos Escocia). Irlanda está llena de caníbales. Ceylán, una isla que se halla a siete días de navegación de la India, tiene una cosecha insólita: “produce elefantes”.
Las descripciones de Estrabón tenían más de ficciónn que de realidad. Sin embargo, fue una primera aproximación al mundo exterior, al lejano, al exótico. Pero lo más importante que podemos atribuir a la investigación de Estrabón fue su forma de dar forma a sus descripciones sobre un mapa. En vez de hacerlo sobre una superficie plan, ideó un método mucho mejor: un globo.
En concreto, Estrabón menciona una esfera construida por el filósofo Crates de Malos en el siglo anterior. Tenía tres metros de diámetro y mostraba el mundo dividido en cuatro nítidas regiones, todas ellas islas de aproximadamente el mismo tamaño, dos sobre la “zona tórrida” que separaba los hemisferios septentrional y meridional, y dos por debajo.
Estrabón sugirió que su globo terrestre debería tener al menos tres metros de diámetro para incorporar todos los detalles. Éste es el primer globo terrestre del que tenemos noticia, aunque ya no lo conservamos.
Tiempo pasó hasta que los viajes se convirtieron en un negocio o una forma de ocio. La primera agencia de viajes moderna comenzó con Thomas Cook en Inglaterra, en 1841, cuando el 5 de julio de ese año Cook organizó una excursión por tren: 570 personas viajaron desde Leicester a Loughborough.
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