¿Cuál es la diferencia entre un colorante y un pigmento? Todo depende del tamaño de las partículas

¿Cuál es la diferencia entre un colorante y un pigmento? Todo depende del tamaño de las partículas
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Los colores se dividen en dos grupos que no deben confundirse aunque a priori nos parezcan lo mismo: los colorantes y los pigmentos. Los colorantes son sustancias que se disuelven en agua o cualquier otro solvente y se emplean para teñir tejidos, para dibujar sobre papel y para colorear alimentos.

Los pigmentos, sin embargo, al tener partículas más grandes que las de los colorantes, no se disuelven, sino que se dispersan en el líquido, y se emplean tanto para pintar como base para los cosméticos.

Pardo Van Dyck

Otra forma de resumirlo es la que propone Riccardo Falcinelli en su libro Cromorama:

En otras palabras, el jugo extraído de las plantas es un colorante con el que se empapa el tejido, y se fija después para que no se destiña con los lavados; las tierras o las piedras molidas son pigmentos, y se mezclan con otras sustancias como el yeso, el huevo y el aceite para elaborar pastas aplicables mediante pincel.

Ironoxidepigmentusgov

Los primeros pigmentos que el ser humano usa son las tierras, porque obtenerlas fue relativamente fácil: bastaba con excavar. A ellas se recurre desde tiempos remotos para pintar o para cambiar de aspecto los artefactos. De las plantas, en cambio, se extraen sustancias adecuadas para colorear el papel, los alimentos y los tejidos: del azafrán, por ejemplo, se extraen muchos tonos que van del amarillo al naranja.

Otras tintas proceden del reino animal, como el rojo proviniente de la cochinilla, que hoy en día es también uno de los colorantes alimentarios más usados, comercializado con el nombre de E-120: ositos de goma, zumos de fruta... incluso el Strawberry Frapuccino del Starbucks (hasta que los veganos protestaron y dejaran de usar cochinilla para que se empezara a usar aditivo sintético).

Todos los colores, por eso, tienen nombres muy singualres, como pardo Van Dyck, amarillo cadmio, azul ultramar, tierra de Siena. Por ejemplo, existen tres tipos de blanco: zinc, titanio y plomo. Estos nombres evocan no tanto las apariencias cromáticas como su origen.

Tierra de Siena, de la localidad donde en tiempos abundaba ese mantillo ferroso; pardo Van Dyck, en homenaje al pintor que usó mejor ese tono oscurilo; amarillo cadmio, porque se elabora patiendo de sulfuro de cadmio... de algún modo, sus nombres son certificados de procedencia.

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