Las impresoras 3D son capaces de concebir objetos cada vez más complejos y con distintos materiales. Ya hemos visto impresoras de objetos, de exoesqueletos para tetrapléjicos, de comida, de órganos. El otro día, paseando por el barrio de NoLita, en Nueva York, incluso me topé con una zapatería en la que te imprimían los zapatos a medida. Con el advenimiento de las impresoras en 3D, la gente consumirá, creará y compartirá instrucciones generadas colectivamente para fabricar toda clase de objetos. Quizás ocurra con los átomos lo que ha estado ocurriendo actualmente con los bits (música, películas, etc.).
Pero ¿cómo transformará el mundo esta nueva tecnología? ¿Deberemos revisar el significado de propiedad intelectual? ¿Será más barato que nunca en la historia que todos tengamos lo que necesitemos? ¿La creación colaborativa generará objetos todavía más sofisticados que los creados por empresas o genios individuales? ¿Hay algún horizonte para esta tecnología? ¿Lo podremos imprimir absolutamente todo? En definitiva:
¿Cómo crees que será el mundo gracias a la tecnología de la impresión en 3D?
Recordad que podéis dejar vuestras respuestas en la sección de preguntas y respuestas de Xataka Ciencia.
La pregunta de la semana pasada
La semana pasada os preguntábamos ¿Cómo resolverías el problema del hambre en el mundo? La mejor respuesta fue la de gioreno:
Una distribución más justa y equitativa de toda la producción mundial de alimentos, "simplemente".
Por su parte, Roqueyo nos ofrece una respuesta más elaborada:
1) Apuesta definitiva por los alimentos y animales transgénicos, que son más resistentes a las fructuaciones del clima, catástrofes naturales, requieren menos recursos naturales y ofrecen una mayor productividad.
2) Optimización de los recursos de agricultura, ganadería y pesca. Es inadmisible lo que he visto esta misma mañana, un campo de lechugas regándose "a manta", gastando una cantidad de litros de agua impresionante. Cierto que aquí en Granada con Sierra Nevada encima, no tenemos problemas de agua, pero sigue sin justificar ese tipo de prácticas de cultivo
3) Establecer unas leyes que controlen las ventas de materias primas de países pobres a países ricos. Se debe garantizar un porcentaje mínimo de la producción de alimentos para el mercado nacional para evitar que sean vendidos a los países ricos a un precio mucho menor que el de la producción propia en estos países, pero que les supone mucho más beneficio que el comercio nacional. Esto lo que produce es una gran desigualdad entre las empresas que comercializan las materias primas y los propios productores, que apenas obtienen beneficios para subsistir
4) Inculcar en la población de los países desarrollados hábitos responsables de consumo, que van desde comprar sólo aquellos alimentos que van a gastar y evitar el dispendio; o consumir preferentemente alimentos locales para reducir las importaciones de otros países, que suponen el expolio de éstos
5) En la pesca, y en menor medida en la ganadería, fomento de crianza artificial de especies para el consumo y reducir de esta manera la captura en el mar que está agotando los caladeros
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