Desde hace unos años se ha constadado en todo el mundo la desaparición y muerte de millones de abejas, con el consiguiente riesgo que ésto supone para la agricultura y la industria alimentaria humana: las abejas son grandes polinizadoras. Por ello, investigadores de la Universidad de Harvard ya se han inspirado en la biología de estos insectos para concebir microrrobots que pudieran contribuir a esta polinización de forma artificial.
Gracias a músculos artificiales hechos con materiales que se contrae cuando se les aplican cargas eléctricas, estas máquinas diminutas son capaces de volar y están provistos de sensores que les permiten desplazarse con autonomía.
Estas abejas robot usan electricidad estática para aterrizar y adherirse a cualquier superficie, como las hojas, el cristal o la madera, así como lo hacen sus homólogas biológicas. El tamaño de estos ingenios es de medio clip, y pesan menos que la décima parte de un gramo.El proyecto, dirigido por el profesor de ingeniería Robert Wood, se llama RoboBees.
Los investigadores creen que dentro de 10 años estos RoboBees podrían polinizar un campo de cultivos entero, un avance fundamental para que la industria de la polinización comercial se recupere de las pérdidas anuales que ha habido durante la última década. Con todo, aún no son una solución tecnológica viable. En primer lugar, los diminutos robots tienen que ser capaces de volar por su cuenta y "hablar" entre sí para llevar a cabo tareas como una verdadera colmena de abejas.
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