A menudo decimos, frente a una sorpresa agradable o desagradable, o un susto, que se nos ha parado el corazón. Esta metáfora adquiere otro significado si tenemos en cuenta que, a lo largo de una vida normal, un corazón efectivamente se para cada cierto tiempo durante un lapso de un segundo. Tanto es así que, si sumamos todas esas paradas, durante una vida se habrá detenido entre 10 y 11 años.
Los ventrículos cardiacos se contraen, se relajan y descansan durante estos breves espacios de tiempo. Ocurre tantas veces como late el corazón.
Otra cosa son los latidos cardíacos ectópicos, que son latidos cardíacos extras o intermitentes, que pueden ser causados o agravados por el tabaquismo, el consumo de alcohol, la cafeína, medicamentos estimulantes y algunas drogas ilícitas.
Cada minuto de cada día del año de nuestras vidas, el corazón late entre 60 y 100 veces. Es el músculo que más trabaja del cuerpo, y también el único que nunca sufre agujetas. Es el único órgano que no sufre cáncer. Cada día genera una energía suficiente para mover un camión durante 32 kilómetros. Con cada contracción envía 70 milímetros de sangre. Al día, hace circular 7.000 litros en 100.000 latidos a una velocidad de 2 kilómetros por hora.
Imagen | Lhopfan
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