Hay algunos productos en cuyo envase se anuncia que están 99,9 % libres de cafeína. Una bebida así, por ejemplo, sería adecuada para tomarse antes de irse a dormir, porque no importunaría nuestros sueño. O si sentimos jet lag. O sencillamente sufrimos jet lag. Sin embargo, las cosas no son lo que parecen.
Una bebida que esté libre de cafeína en tal porcentaje es, a efectos prácticos, lo mismo que un café solo cafeinado.
El café no es cafeína
De acuerdo con el CSPI (Center for Science in the Public Interest), una entidad estadounidense sin ánimo de lucro que vigila la salud, hay 415 miligramos de cafeína en una taza de café Starbucks de 600 mililitros, lo que corresponde a 21 miligramos de cafeían por 30 mililitros.
Si 30 mililitros de agua tienen una masa de alrededor de 28 gramos, un café contiene alrededor de un 0,075% de cafeína en total. Es decir, que en un café también está libre de cafeína en un 99,9 %.
A este respecto analiza los datos Carl T. Bergstrom y Jevin D. West en su libro, Contra la charlatanería, que reseñamos hace poco, señalando que casi todas las marcas de café podrían etiquetarse así, tal y como lo hace un producto de la marca Nestlé que hace lo propio:
Aunque no tenemos una cifra exacta para esta marca de cacao, la mayoría de los cacaos contienen unos 20 miligramos de cafeína por una taza de 8 onzas, es decir, tienen alrededor de un 0,01 % de cafeína en peso. Por lo tanto, inicialmente pensamos que tal vez la cifra del 99,9 % se refería al polvo de cacao, no a la bebida terminada. Pero la página web de Nestlé deja claro que se refiere a la bebida preparada, no al polvo: "Con rico sabor a chocolate y solo 20 calorías por paquete individual, con este cacao se consigue una porción de 8 onzas líquidas libre de un 99,9 % de cafeína".