El metal más abundante del universo es el hierro: nada menos que el 0,11% de toda la materia se estima que es hierro (Fe). También es el sexto elemento más común.
Con todo, no es el elemento metálico más duro de todos. Esta distinción corresponde al cromo (Cr).
Cromo
El cromo tiene un valor de 8,5 en la escala de Mohs, que mide la dureza de los minerales según su resistencia a la abrasión por otros materiales.
Según un estudio arqueológico sobre las armas que usó el ejército de la dinastía Qin, datadas hacia los años 210 a. C., se descubrió que estaban recubiertas de cromo.
También tiene un punto de fusión alto (1.538 ºC), aunque no tanto como el wolframio (W): según la Asociación Industrial de Tungsteno (ITIA), éste alcanza su punto de ebullición a 5.700 ºC, con un margen de error de 200 ºC (la temperatura de la superficie del sol), y también tiene el punto de fusión más alto de todos los metales, a 3.422 ºC con un margen de error de 15 ºC.
Lo curioso, sin embargo, es que si añadimos hierro al cromo, entonces formaremos una aleación resistente a la corrosión llamada acero inoxidable. Es decir, que el acero inoxidable es la fusión entre el metal más abundante del universo y el más duro (entre otras cosas, que ya explicamos aquí).
El origen etimológico del cromo proviene del latín chroma, color. Fue descubierto en el año 1797 por parte del farmacéutico y químico naturalista francés Louis Nicolas Vauquelin.
En sus inicios se empleó principalmente en pinturas e instrumentos de escultura y otras aplicaciones hasta que, a finales del siglo XIX, se utilizó como aditivo en aceros.
Con todo, el cromo también tiene un lado oscuro, que fue revelado en la película "Erin Brockovich", por la que la actriz Julia Roberts ganó un Oscar. Mientras que el cromo metálico es perfectamente seguro, en ciertos compuestos químicos el cromo forma iones y adquiere una forma peligrosa.
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