A veces los grandes sucesos históricos, las casualidades, las chiripas, puedes explicarse por hechos diminutos, casi insignificantes (aunque en ocasiones pequemos de reduccionistas). Como el pistoletazo que Gavrilo Princip le descerrajó al archiduque Francisco Fernando de Austria, que fue el detonante de la Primera Guerra Mundial. Aquí tenéis una bonita colección de estos detonantes diminutos.
A todos estos debe sumarse a hora el mal tiempo como factor que salvaguardó a Europa del dominio de los mongoles en el siglo XIII, tal y como analiza un reciente estudio publicado en la revista Nature.
Ulf Büntgen, del Instituto de Investigación Federal Suizo, y Nicola Di Cosmo, del Instituto de Estudios Avanzados de los Estados Unidos, son los autores del mencionado estudio, que analiza anillos de árboles en Hungría y registros históricos. La conclusión es que el clima resultó decisivo para impedir el movimiento de un ejército que viajaba a caballo.
El mal tiempo dio lugar a inundaciones, en especial en las tierras llanas y bajas de Hungria. La inundación impidió que la hierba prosperase aquella primavera y dejo a los caballos con poco que comer. También habría significado mucho de barro, haciendo los viajes muy difíciles.
Vía | EuropaPress
Imagen | tonynetone
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