Las flores pueden ser extraordinariamente grandes, y tambien extraordinariamente pequeñas. Empecemos con la más grande.
La Rafflesia arnoldii puede alcanzar los 91 centímetros de ancho y los 11 kilogramos de masa. Es una flor verdaderamente grande, casi de dibujos animados o de viaje psicodélico.
Rafflesia arnoldii
Esta flor es originaria del sudeste de Asia, y carece de hojas, tallo y raíces. Crece de forma parasitaria en el interior de un tipo de vid tropical, donde sus flores se abren y se desarrollan.
Las flores, que desprenden un fuerte olor fétido (similar al de la carne podrida), son capaces de emitir calor. Se cree que ambos mecanismos les sirven para mimetizar el calor y el olor de un animal muerto y atraer la atención de las moscas carroñeras, que son los insectos que la polinizan.
La más pequeña
La planta con flor más pequeña pertenece al género Wolffia, una planta acuática emparentada con la lenteja de agua, y que mide menos de 1 milímetro de largo y 0,3 milímetros de ancho.
Esta planta produce una flor minúscula que, a su vez, se convierte en el fruto más pequeño, de 70 microgramos de peso y 0,25 milímetros de largo.