Investigadores de Australia, Estados Unidos y Canadá han estudiado videos de pulpos en estado salvaje encontrando que las hembras eran generalmente más propensas que los machos a arrojar cosas.
En los vídeos, utilizan de manera coordinada los brazos y los chorros de agua del sifón, a veces golpeando a otros pulpos.
Intentos de violación
En la mayoría de los casos, este gesto lanzar material servía para mover el material de sitio, por ejemplo para quitar desperdicios de comida u otros materiales sobrantes, pero también observaron que a veces tenía un propósito distinto: querían alejar a un macho cercano.
Los pulpos hembra usan esta estrategia para evitar las cópulas forzadas: quizá hablar de "violación" tiene una excesiva carga emocional que no puede darse en el reino animal. Pero no existe una palabra que describa una copulación forzada entre no humanos, de modo que se usa a pesar de todo.
En un caso, en diciembre de 2016, una sola hembra de pulpo arrojó material en diez ocasiones y en cinco de ellas golpeó a un macho, tal y como se describe en el estudio (preprint) que se ha publicado al respecto. Tal y como explican los investigadores:
La fuerza no sale desde los brazos, como en un lanzamiento humano, sino que estas extremidades preparan la proyección del material, que será impulsado después por el chorro. En general, el lanzamiento se ve con más frecuencia en hembras. Y, de hecho, nosotros solo hemos visto un lanzamiento de repulsión marginal en un solo macho.
We have a new pre-print up about octopus behavior.
— Peter Godfrey-Smith (@pgodfreysmith) August 27, 2021
Octopuses throw debris, sometimes hitting others; do they intend to?https://t.co/l2yhD8IlD3
The paper has not been peer reviewed. Work with David Scheel, Stephanie Chancellor, Stefan Linquist, & Matt Lawrence. [1/3] pic.twitter.com/QhpfNnR1kU
Lanzar objetos no es un comportamiento común en los animales, aunque se sabe que los chimpancés, los capuchinos, los elefantes, las mangostas y los pájaros lo hacen. Las acciones relacionadas con el lanzamiento también se han observado en otras especies animales, como el movimiento de los pelos irritantes por las arañas y el chorro de agua por el pez arquero.
Lanzar objetos, así, se considera generalmente como una acción específicamente humana y que jugó un papel importante en nuestra evolución.