Hay coleccionistas de todo tipo de cosas, sobre todo si son caras. Incluso hay coleccionistas gastronómicos, capaces de pedir el hot dog más caro del mundo. También hay coleccionistas de comunicaciones epistolares.
Las comunicaciones epistolares son las, ya casi extintas, cartas que antes nos enviábamos unos a otros, antes de la llegada del correo electrónico. La carta manuscrita que ha alcanzado el valor más alto en una subasta, casualmente, tenía valor científico. Concretamente tenía que ver con el campo de la genética.
La subasta tuvo lugar el 10 de abril de 2013, en el Christie´s de Nueva York. La carta de marras fue vendida por 5,3 millones de dólares. ¿Era una apasionada carta de amor? ¿Algún secreto inconfesable de algún famoso? Nada que ver.
En realidad era una carta escrita por Francis Crick a su hijo Michael en 1953 en la que le explicaba el revolucionario descubrimiento de la estructura y función del ADN. El final de la carta no deja dudas sobre la importancia de la doble hélice. «Creemos que hemos encontrado el mecanismo por el cual la vida viene de la vida», escribe el científico a su hijo. «Puedes comprender por qué estoy tan ilusionado». Aquí podéis leer la transcripción completa de la carta.
Esta carta es la más valiosa después de las cartas de Albert Einstein y Abraham Lincoln.
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