La enfermedad de Minamata: mercurio en el interior de los peces

La enfermedad de Minamata: mercurio en el interior de los peces
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Los gatos callejeros de un pequeño pueblo de pescadores, al sur de la isla japonesa de Kyushu, solían desarrollar temblores y movimientos descoordinados después de husmear en los lugares donde se descargaba pescado. Tiempo más tarde, esta especie de baile de San Vito empezó a producirse también entre los seres humanos, unidas a pérdidas de conciencia o ideas delirantes.

¿Qué estaba pasando allí? Al poco de investigar, descubrieron que en el interior de aquellos peces había mercurio. Y así nació la enfermedad de Minamata.

Tal y como lo explica David G. Jara en su libro Bacterias, bichos y otros amigos:

El metal pesado había ido acumulándose en la bahía durante varias décadas debido a los residuos que, sin ninguna precaución, arrojaba al mar una importante industria que allí se había asentado. El tóxico metal alcanzó la cadena trófica a través de las algas, que sirvieron de pasarela para acceder a los peces, y de estos, finalmente, llegar a gatos y humanos.

En 1956, el año en que se detectó el brote, murieron aproximadamente 45 personas. Las mascotas y los pájaros del lugar mostraban síntomas parecidos. Las víctimas no serían indemnizadas hasta 1996. El caso constituye uno de los llamados "cuatro grandes procesos" de la responsabilidad medioambiental en Japón. En el año 2001 se habían diagnosticado 2.955 casos de la enfermedad de Minamata. De ellos, 2.265 habían vivido en la costa del Mar de Yatsushiro. Lo cual debe de ponernos en guardia cuando decidamos dar carta de naturaleza a la contaminación de los océanos.
Imagen | Moyan_Brenn

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