Los 10 experimentos científicos más crueles de la historia (y III)

Los 10 experimentos científicos más crueles de la historia (y III)
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8 PERROS BICÉFALOS

El cirujano soviético Vladimir Demikhov creó un perro de dos cabezas en 1954, uniendo la cabeza de un cachorro al cuello de un pastor alemán.

Ambos animales murieron por culpa del rechazo de tejidos, pero eso no detuvo a Demikhov para crear 19 animales bicéfalos más en los siguientes 15 años.

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9 EL DOCTOR QUE QUERÍA CONTAGIARSE

Según Stubbins Ffirth, médico de Filadelfia en 1800, la fiebre amarilla no era una enfermedad infecciosa, así que, tal y como hizo Manuel Fraga al bañarse en supuestas aguas contaminadas, el médico intento contagiarse de todas las maneras posibles.

Se hizo cortes en los brazos en los que aplicaba su propio vómito; también sobre sus globos oculares. Y no se contagió. Más tarde se demostró que las muestras Ffirth había utilizado para sus experimentos procedían de pacientes en etapa tardía que ya no eran contagiosas.

10 CONTANDO OVEJAS PARA DORMIR

Ian Oswald, de la Universidad de Edimburgo, quiso estudiar condiciones extremas para quedarse dormido en 1960.

Imaginaos las técnicas utilizadas con los pobres voluntarios: música bien alta, descargas eléctricas en las piernas, cintas adhesivas en sus ojos para evitar que se cerraran, luces de flash a medio metro, etc. La peor tortura que puedo imaginarme, sin duda.

Los tres sujetos del experimento pudieron dormirse en 12 minutos (aunque a mí, conocido por mi legendario insomnio, creo que me hubiera costado bastante más). Oswald especuló que la llave de todo era el estímulo monótono y regular…

Vía | EspacioCiencia

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