El exceso en el consumo de azúcar es un problema en los países más desarrollados. Una sola lata de refresco puede ya tener la mitad de todo el azúcar diario recomendado para un adulto.
Lo irónico es que si medio litro de refresco puede contener el equivalente a 13 cucharaditas de azúcar, tres manzanas también lo hacen, porque las manzanas han sido cada vez más dulces.
Manzanas de la época de Shakespeare
La diferencia entre un refresco y tres manzanas es que, si bien la primera opción no aporta ningún valor nutricional, la segunda aporta vitaminas, minerales y fibra, y además es más saciante.
Así que lo aconsejable es comer manzanas, aunque tengan mucho azúcar.
No obstante, antes las manzanas no tenían tanto azúcar, como explica Daniel E. Lieberman en su libro La historia del cuerpo humano. Y no solo las manzanas. Todas las frutas modernas se han cultivado selectivamente para ser mucho más azucaradas mediante la selección artificial de los agricultores.
Las manzanas de hace pocos siglos probablemente eran tan dulces como una zanahoria. De hecho, las zanahorias antiguas tampoco eran como las actuales, como ya os explicamos: Las zanahorias son de color naranja gracias al patriotismo de Holanda:
La prueba más antigua que se conoce del uso de zanahorias por parte de humanos, en Afganistán, data del año 3.000 a. C. Aquellas zanahorias eran de color púrpura por fuera y amarillas por dentro.
Según un estudio realizado por el bioquímico de la Universidad de Texas Donald Davis, incluso en la década de 1950 muchas frutas ya eran distintas. Las actuales, en comparación, son un 50 % más pobres en hierro y con un 12 % menos de calcio y un 15 % de vitamina A.
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