Aquí tenéis la equivalencia entre años-humanos y años-de-perro convertida en un estudio científico. Para realizarlo, se ha usando epigenética para comparar los años humanos y y los años de perros labradores (probablemente sea diferente en otras razas). En la gráfica de abajo lo tenéis representado.
Las diferentes razas tienen diferentes vidas medias y pueden producir diferentes funciones por edad, pero los autores del estudio señalan que "todos los perros exhiben una trayectoria de desarrollo, fisiológica y patológica similar".
Años perrunos
Los mamíferos progresan a través de etapas fisiológicas similares durante la vida, desde el desarrollo temprano hasta la pubertad, el envejecimiento y la muerte. Sin embargo, la medida en que esta fisiología refleja eventos moleculares no está clara.
Para esclarecerlo, en el estudio se mapearon los cambios epigenéticos comunes experimentados por los genomas de mamíferos a medida que envejecen, centrándose en las comparaciones evolutivas de humanos con perros.
Utilizando la secuenciación dirigida, se caracterizaron los metilomas de 104 perros labrador que abarcan un rango de edad de 16 años. La comparación con los metilomas humanos revela una relación no lineal que traduce los años del perro al humano y alinea el momento de los principales hitos fisiológicos entre las dos especies.
Estos resultados, pues, establecen la metilación no solo como una lectura diagnóstica de la edad sino como un traductor entre especies de los hitos del envejecimiento fisiológico.
Las equivalencias también son distintas en función del tamaño del perro, y también de la edad a la que queremos hacer el cálculo de la equivalencia. Durante los dos primeros años, por ejemplo, un año de perro pequeño equivale a 12,5 años humanos. En los perros medianos, lo mismo equivale a 10,5 años. Y en los perros grandes, 9 años. A partir de los tres años de edad, entonces la equivalencia se reduce.