No es la primera vez que en Xataka Ciencia hablamos de las Pop-Tarts de Kellogs, una guarrería típicamente americana que, a estas alturas, asombra que aún no haya desembarcado em España (aunque no tanto si tenemos en cuenta que no llega la Fanta de sabores que no sean naranja o limón, ni los yogures con trozos de coco… y ahora empiezan a desembarcar las primeras CocaCola´s de sabores). De hecho, existe hasta una página de Facebook que vindica su importación a España.
Las Pop-tarts son unas tartas planas y rectangulares rellenas de dulce que frecuentemente se calientan en una tostadora. Es la marca más popular de Kellog´s en Estados Unidos. Hemos hablado de ella para ilustrar el poder del big data. Pero hoy nos centraremos en otro elemento de la ecuación: la tostadora. La herramienta que hace que las Pop-tarts sean irresistibles.
Imaginemos que usamos la tostadora para calentar nuestra Pop-tart (o si vivimos en un país tercermundista como España, lo que calentamos en la tostada para el desayuno). Imaginemos que se nos queda atascada en la tostadora. ¿Es peligroso tratar de sacarla con un objeto metálico como un cuchillo o un tenedor? Pues no y sí.
Es improbable que nos pase algo. Pero puede pasarnos algo. Incluso podemos estropear la tostadora aunque introduzcamos una cuchara de madera, por ejemplo.
En una tostadora eléctrica típica se calienta el pan aprovechando el calor desprendido al conducir electricidad a través de una resistencia. El proceso de tostado consiste en disminuir el contenido de agua del pan (originalmente 54% del peso total), evaporándolo, y chamuscando ligeramente su superficie.
Durante gran parte del siglo XX, los cortocircuitos de las tostadoras causaron un número de muertes considerable. Hoy en día, la tecnología moderna en materia de seguridad ha evitado esto: la mayoría de enchufes incorporan unos dispositivos de detección de fallo de tierra capaces de detectar un desequilibrio en la corriente, bloqueando el enchufe antes de la descarga.
Sin embargo, el riesgo no es 0. Sólo en Estados Unidos, en 2010 acudieron a urgencias 354 personas por lesiones causadas por tostadoras. La mayoría de estas lesiones se deben a quemaduras, pero uno de cada diez tenían que ver con descargas eléctricas. Tal y como explica Ken Jennings en su libro Manual para padres quisquillosos:
Así pues, mucha gente sigue enfrentándose a tostadoras defectuosas, o a cables defectuosos, o a ambas cosas. Si no quieres correr ningún riesgo, ponte siempre en lo peor: tal vez el enchufe esté mal instalado, por ejemplo. O, tal vez, sin querer, le des al botón de encendido y apagado mientras intentas pescar algo del interior del electrodoméstico. Ten cuidado incluso si usas utensilios de madera, o cuando la tostadora está desconectada: meter algo ahí dentro podría causar un daño en el elemento que se calienta (la mica es bastante frágil), o producir un cortocircuito en el cableado y el marco metálico. No te electrocutarás en ese momento, pero la próxima vez que la enchufes, podrías ser tú quien acabara tostado.
General Electric lanzó una tostadora eléctrica en 1909, patentada con el nombre de D-12. La tostadora que expulsa las tostadas después de haberlas calentado fue patentada por Charles Strite en 1919. En 1925, utilizando un modelo rediseñado de la tostadora de Strite la Toastmaster Company comenzó a comercializar la tostadora doméstica que podía calentar pan por los dos lados a la vez.
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