Si hemos sido creados para algún fin, cuando menos resulta inquietante la gran cantidad de personas que muere, incluso poco después de nacer. Incluso antes de nacer, también morimos en proporciones asombrosas. Como si más de alguno tuviera en su poder un cuaderno de muerte.
La muerte rodea al ser humano. Y actualmente estamos más vivos que nunca, afortunadamente. Los siguientes tres datos así lo confirman:
El 40% de todos los seres humanos nacidos en la historia se estima que murieron con menos de un año de edad. En 2003, los países con menor mortalidad infantil del mundo eran Noruega e Islandia, con 3 por cada 1000 para los niños menores de 1 año. En Níger encontramos la peor cifra, 109. Y peor es aún Afganistán: 121.
Algunos seres humanos incluso no llegaron a serlo debido al alto porcentaje de abortos espontáneos (normalmente tienen lugar a los pocos días y la madre ni siquiera es consciente). Se estima que uno de cada cinco embarazos detectados terminan por aborto espontáneo en las primeras semanas. La cifra aumenta a más del 30% en estudios de mujeres embarazadas cuyos niveles de la hormona gonadotropina coriónica ha descendido después de haber confirmado el embarazo.
Según cálculos de 2002, de todos los humanos nacidos en la historia, actualmente vive el 5,8%, lo cual nos sugiere la gran capacidad de supervivencia y multiplicación actual. Obviamente, el porcentaje de científicos vivos es altísimo actualmente: el 90% de todos los científicos de la historia están vivos ahora mismo.
Imagen | JD Hancock
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