Por todos es conocido que la dieta mediterránea ayuda a combatir la hipertensión, pero, sin embargo, un grupo de científicos ha precisado el mecanismo existente detrás de su éxito.
Investigadores del Reino Unido y los EE.UU. han vinculado las grasas no saturadas (propias de alimentos como el aceite de oliva o frutos secos) con el nitrito y nitrato (encontrados en cantidades significativas en vegetales de hoja verde) para reducir la presión en la sangre.
Consumir gran cantidad de alimentos de origen vegetal y aceite de oliva, la porción ocasional de pescado y pollo, una baja ingesta de carnes rojas y un consumo moderado de vino, conforman la dieta mediterránea.
La investigación, que se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences, estudió el proceso por el que la grasa no saturada se combina con el nitrito y nitrato para formar ácidos grasos nitro. Se demostró que éstos inhiben la actividad de una enzima llamada epóxido hidrolasa soluble, que conduce a la disminución de la presión arterial.
La presión arterial alta, o hipertensión, es el problema más común del sistema circulatorio y afecta a alrededor del 40% de los adultos españoles. Además, es un factor de riesgo importante para el infarto cerebral, cardiopatía isquémica u otras enfermedades cardiovasculares crónicas.
Para determinar si la inhibición de epóxido hidrolasa soluble era suficiente para disminuir la presión arterial, el profesor Philip Eaton, del Kings College de Londres, trabajó con sus compañeros creando ratones mutantes con la presión arterial alta y que dicha enzima no pudiera ser inhibida por los ácidos grasos nitro.
Cuando fueron alimentados con grasas no saturadas y alimentos ricos en nitrito y nitrato, la enzima fue inhibida en los ratones comunes pero no en los mutantes. Los ratones normales mostraron signos de presión arterial baja, cosa que los ratones modificados genéticamente no hicieron.
Ensayos aleatorios controlados han demostrado previamente que la dieta mediterránea tiene efectos positivos sobre la presión arterial en los seres humanos. Anteriores investigaciones han demostrado también que este tipo de dieta está ligada a un menor riesgo de enfermedades cardíacas, pudiendo llegar a proteger contra el Alzheimer, diabetes y diversos tipos de cáncer. También ayuda a bajar el colesterol y mejorar la artritis reumatoide.
Vía | ABC
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