Según un amplio estudio observacional multicéntrico que se presenta en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID), la exposición a largo plazo a niveles elevados de contaminantes atmosféricos, especialmente a las partículas finas (PM2,5), parece tener una influencia significativa en los resultados de las personas hospitalizadas por COVID-19.
Los investigadores analizaron retrospectivamente los datos de 2.038 adultos con COVID-19 ingresados en cuatro grandes hospitales del Sistema de Salud Henry Ford entre el 12 de marzo y el 24 de abril de 2020.
PM2,5
Los contaminantes del aire extremadamente pequeños, conocidos como PM2.5, son partículas 25 veces más pequeñas que el ancho de un cabello humano, y son fruto de actividades como la quema de combustibles fósiles y la agricultura.
Concretamente, el estudio sugiere que la exposición a largo plazo a las PM2,5 se asoció con más del triple de probabilidades de recibir ventilación mecánica y el doble de probabilidades de permanecer en la UCI. Según explica Anita Shallal, del Hospital Henry Ford de Detroit:
Nuestro estudio llama la atención sobre las desigualdades sistémicas que pueden haber conducido a las marcadas diferencias en los resultados de la COVID-19 en función de la raza y la etnia. Las comunidades de color tienen más probabilidades de estar situadas en zonas más cercanas a la contaminación industrial y de trabajar en empresas que las exponen a la contaminación atmosférica.
Los autores señalan que su estudio fue observacional, de modo que no pueden establecer la causa. Añaden que, aunque ajustaron varios factores influyentes, sigue siendo posible que otros factores que no pudieron controlarse por completo, como la gravedad de la enfermedad en el momento de la presentación, contribuyan a los resultados observados