Dejando a un lado los genes o la alimentación, un grupo de científicos de del Albert Einstein College of Medicine y de la Universidad Yeshiva (EEUU) ha publicado una investigación en la revista Aging en el que proponen otro factor coadyuvante. La investigación, que está ligada al Einstein´s Longevity Genes Project, propone el buen rollo como una forma de ser longevo.
Es decir, rasgos como la extroversión (poseer una surtida red social), el optimismo, la tolerancia o el compromiso en actividades que ayudan a los demás. Así como un actitud positiva ante la risa, donde la risa es importante.
El estudio se llevó a cabo con una población genéticamente homogénea de más de 250 judíos ashkenazíes con edades comprendidas entre los 95 y 100 años, analizándose la relación entre la personalidad y los genes en centenarios.
Los investigadores advierten que algunas evidencias científicas señalan que la personalidad puede cambiar a partir de los 70 años, así que “no sabemos si nuestros centenarios han mantenido estos rasgos de personalidad positiva a través de su vida útil”.
Sin embargo, Nir Barzilai considera que estos hallazgos sugieren que los centenarios “comparten rasgos particulares de personalidad”. Ahora los científicos quieren identificar la base genética de esos rasgos de la personalidad para entender mejor qué papel juegan a la hora de gozar de esta longevidad y buena salud.
Vía | Psiquiatria
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