El tabaco mata al día tantas personas como si varios aviones comerciales se estrellaran antes de anochecer. Aunque lo más escandaloso no son los índices de mortalidad sino que se tardó casi 100 años en reconocer públicamente el peligro que entrañaba el tabaco. El feto cuya madre fuma durante el embarazo tiene más posibilidades de desarrollar trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), comportamiento agresivo, impulsividad, problemas de lenguaje y de atención, y a pesar de todo ello, todavía un 12 % de las embarazadas continúa fumando.
Ahora, un trabajo publicado en la revista BMC Public Health indica que 432.000 niños descendientes de la población británic sufren pobreza infantil debido a la adicción al tabaco de sus progenitores. Estos niños no aparecen en las estadísticas oficiales de pobreza infantil porque el umbral de esta se calcula a partir del nivel de ingresos de una familia.
Según Tessa Langley, doctora del centro británico para el estudio del alcohol y el tabaco en la Universidad de Nottingham (Gran Bretaña), que ha dirigido la investigación:
fumar reduce la renta disponible para que las familias de ingresos bajos puedan alimentar, vestir y cuidar a sus niños (...) El umbral de pobreza para una familia de dos padres con dos hijos es de unos ingresos de 392 libras semanales. Si ambos son fumadores, estarían gastando una media de 50 libras por semana, lo que es una gran suma para un presupuesto ya de por sí ajustado.
El precio medio de 20 cigarros en Gran Bretaña es de 7 libras, aunque algunas familias optan por reducir los costes con marcas baratas o fumando tabaco de liar.
Vía | Sinc
Imagen | Pixabay
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