Según una nueva investigación en CMAJ (Canadian Medical Association Journal), el ejercicio habitual reduce el riesgo de muerte independientemente de la exposición a la contaminación del aire, y la contaminación del aire generalmente aumenta el riesgo de muerte independientemente del ejercicio habitual.
Por lo tanto, el ejercicio habitual debe promoverse como una estrategia de mejora de la salud, incluso para las personas que residen en áreas relativamente contaminadas.
15 años de estudio
Para llegar a esta conclusión, se llevó a cabo un estudio durante 15 años, de 2001 a 2016, con 384.130 adultos en Taiwán, en aras de comprender los efectos del ejercicio regular y la exposición a largo plazo a partículas finas sobre el riesgo de muerte por causas naturales.
Los investigadores encontraron que un mayor nivel de ejercicio regular en comparación con la inactividad era beneficioso, incluso en áreas contaminadas, aunque una menor exposición a la contaminación era mejor.
Las recomendaciones para el ejercicio seguro en áreas contaminadas, como el ejercicio en interiores y evitar caminar y andar en bicicleta en carreteras congestionadas, pueden contribuir a las desigualdades, ya que las personas de nivel socioeconómico más bajo a menudo carecen de estas opciones.
Tanto la inactividad física como la contaminación del aire tienen efectos perjudiciales para la salud. Mantenerse activo no debería ser a costa de la salud comprometida por la contaminación del aire . Abordar los dos problemas importantes de salud pública mediante enfoques sinérgicos, ascendentes y a nivel del sistema conduciría a la salud a largo plazo beneficios para los seres humanos y el planeta.