El otro día os hablaba de los efectos del sabor de la cerveza en vuestro cerebro, incluso lo que ocurre cuando os golpean la cabeza con una botella de cerveza, pero hoy hay que echar un vistazo a un estudio del Instituto de Tecnología de Múnich, que sugiere que la cerveza tiene altos niveles de arsénico.
Ya se conocía que la cerveza contenía esta sustancia tóxica, lo que se ha descubierto es que se halla en concentraciones mayores de lo que se creía.
Para llevar a cabo esta investigación, el Instituto de Tecnología de Múnich analizó 140 cervezas de origen alemán. Gracias a estas muestras se comprobó que los niveles de arsénico superan los 10 microgramos por litro, una cantidad mayor que la recomendada por la OMS.
Los expertos descubrieron que es el material empleado para filtrar la cerveza, a fin de que en el embotellamiento tenga un aspecto más claro, es la causa de la gran cantidad de arsénico que contienen las cervezas. Este material son las diatomitas o tierra de diatomeas, que está formado por restos fósiles de muy pequeño tamaño de un tipo de algas, las diatomeas, cuyo caparazón está formado por compuestos de sílice, pero también por arsénico, plomo y otros metales pesados.
Con todo, los niveles encontrados se cree que no revisten aún un problema de salud.
Vía | Apuntes de naturaleza
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