La lactancia materna tiene beneficios ya constatados en los recién nacidos. Sin embargo, algunos deestos beneficios solo parecen tener lugar en los primeros meses de vida. Más tarde, esos beneficios se diluyen, sobre todo si hablamos de inteligencia y cognición.
Es lo que al menos sugiere un nuevo estudio publicado en la revista Pediatics.
Inteligencia y cognición
Según el estudio mencionado, la lactancia materna a largo plazo no está relacionada con ningún impacto en el desarrollo cognitivo ni tampoco en el comportamiento de los bebés. Una conclusión que se alcanzó tras realizar un seguimiento a 7.478 niños irlandeses recién nacidos, que fueron evaluados con tres años, y finalmente con cinco años.
Los niños que habían sido amamantados durante seis meses tenían tasas más bajas de hiperactividad y mejores habilidades para resolver problemas a los tres años. Pero dichas diferencias habían desaparecido cuando los niños cumplieron cinco.
Estos resultados plantean que los niños que son amamantados tienen mejores resultados, pero que no necesariamente es la leche materna lo que mejora su cerebro, sino que tal vez sea crecer con padres mejor educados y que tienen mejores ingresos económicos. Si bien es cierto que la lactancia materna colabora en el desarrollo del sistema inmune del bebé y le protege contra infecciones y enfermedades, no parece que haya una prueba fiable de que también aumenta la inteligencia o la cognición.
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