La imagen típica del abuelo o la abuela que consiente los caprichos del nieto, sobre todo si éstos son alimentarios, si bien causa mucha complicidad entre ambos y resulta hasta cierto punto entrañable, lo cierto es que en realidad perjudican la salud.
Es lo que sugiere un nuevo estudio realizado por invesigadores de la Universidad de Glasgow, Reino Unido.
Abuelos consentidores
Stephanie Chambers y sus colegas de la Universidad de Glasglow han analizado los datos de más de cincuenta estudios con datos recopilados en dieciocho países y han concluido que los abuelos, en general, proporcionan a los nietos alimentos más ricos en grasas y azúcares, lo que incrementa la probabilidad de que desarrollen sobrepeso y obesidad.
Por si fuera poco, los abuelos también controlan menos a los nietos a la hora de exponerlos al humo del tabaco e influyen negativamente en sus niveles de actividad física.
A pesar de todo, estar con los abuelos afecta positivamente al bienestar social y emocional de los nietos.