A través de Rinze y de El País, me entero de que las mujeres tendrán que volver a dar una justificación para abortar, según ha confirmado el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, reformándose así la actual ley de plazos (que permite abortar libremente hasta la semana 14 de gestación) y se retrotrae al sistema de supuestos similar a la regulación de 1985.
Gallardón, sin embargo, no aclaró cuáles serán esos supuestos en los que estará permitido abortar. Tampoco cuál será el tiempo para ello.
No voy a pronunciarme sobre las razones políticas de esta decisión (para los curiosos, aclararé que soy de difícil definición: en determinados temas soy de izquierdas, pero en otros coincido con las derechas, sobre todo las derechas no españolas). Este no es blog apropiado para ello. Tampoco sé si la reforma es un retroceso o un avance. De lo que sí tengo certeza es que la gente, finalmente, no deja de estar lastrada por sus sesgos ideológicos e incluso religiosos (o no religiosos).
Llevo muchos años leyendo sobre el aborto, escuchando atentamente a expertos y a intelectuales, tanto de ciencias como de letras. No creo que sea un tema con una solución unívoca e indiscutible. Es esa clase de temas que, como sucede con los derechos a los animales y otros, solo puede llegarse a acuerdos temporales. Los acuerdos, sin embargo, no tienen más valor si son inspirados por X partido político o X religión, ni tampoco por X intelectual. Creo más bien que los acuerdos son más sólidos en tanto que se basen en más datos objetivos, es decir, eminentemente científicos.
Para no repetirme, hace tiempo dejé aquí escrito todo lo que opino al respecto. Si os interesa, os dejo a continuación los enlaces. Y si queréis discutirlo en los comentarios, procurad no pensar solo como si fuerais de derechas o de izquierdas: pensad con toda la cabeza.
Una visión científica sobre el aborto (I)
Una visión científica sobre el aborto (II)
Una visión científica sobre el aborto (III)
Una visión científica sobre el aborto (y IV)
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