Desde 2002 hasta 2014, los accidentes se han duplicado, pasando de 7.097 lesiones a 14.140 lesiones por año. No son accidentes con maquinaria pesada, sino por llevar tacones altos en Estados Unidos. Los datos han sido recogidos por el Sistema de Vigilancia de Lesiones de la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos, y la investigación ha sido realizada por la Universidad de Alabama, en Birmingham.
No deberían sorprendernos esas cifras tan elevadas si tenemos en cuenta los accidentes que causan las escaleras. Sin embargo, si bien ambas actividades son igualmente cotidianas, llevar tacones es exclusivamente un acto de orientado a la exhibición de belleza.
123,355 de estos casos fueron tratados en las salas de emergencias del país norteamericano entre 2002 y 2012. De la cifra total, 19,000 son solamente del año 2011. Los más comunes fueron de pacientes entre los 20 y 30 años de edad. Gerald McGwin, quien encabeza el estudio y además es profesor de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la UAB, ha señalado:
a pesar que los tacones sean muy elegantes, desde un punto de vista de salud, valdría la pena que quienes los usan estén al tanto de los riesgos y daños potenciales que pueden causar al realizar actividades con ellos.
Además, los tacones altos incrementan el riesgo de una anormal curvatura de la espina dorsal. Se produce también hallux valgus (dedos de martillo): debido al traslado de la fuerza hacia delante, el primer dedo puede desviarse hacia adentro, y el resto de los dedos, encorvarse. También aparecen deformaciones, rozaduras y durezas en las zonas de fricción. Y debido a la estrechez del tacón pueden aparecer problemas de instabilidad del tobillo y dolor en la parte posterior de la pierna.
Vía | La prensa gráfica
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